Mi último día en "Dale! la tarde"

Hoy me toca a mí. En el verano mi socio Adrián Pallares escribió sobre el final de "Más Viviana". Hoy termina el programa en el que trabajo y quiero compartir mis sensaciones, con todo respeto.

Por Rodrigo Lussich
@rodrigolussich


Hoy termina un programa de televisión. La tele tiene programas que empiezan y terminan, no hay mucho misterio en ésto.  Me ha tocado participar de programas con los que empecé, de los que me fui, a los que llegué empezados; y todo es experiencia, siempre para sumar.

Dale! la tarde es para mí un programa especial. Por un montón de razones, es la primera vez que disfruté plenamente trabajar en televisión. Cuando hice "Los profesionales" con Viviana Canosa, en mis inicios, construí desde un lugar que no me era genuino y metí la pata más de lo que quise. Uno mete la pata siempre pero con el tiempo aprende cosas -otras cuestan más- y se hace camino al andar. Es un proceso lógico.

Pero la tele no entiende mucho de lógica. A veces mandan los números, a veces los intereses, a veces las rencillas, a veces la tanda. Dale! la tarde merecía seguir en el aire. Su rating estaba a la altura de un programa de su franja horaria. ¿Con un prime time de 16/18 puntos con novelas carísimas, se le puede pedir en el mismo canal a un programa de la tarde que haga más de 6?.

La tele ha cambiado, los números cantan para todos. Y cada uno sabe. Pero era raro imaginar la permanencia en un canal que estancó sus negociaciones con Marcelo Tinelli en marzo -cuando volvía en abril a la pantalla- y seguir como si nada.

Dale! hizo cambios desde el inicio, quizás demasiado pronto. Si me preguntan, creo que estaba bueno tener distintos segmentos y momentos, ir probándolos y tener paciencia, esperarlos y acostumbrar al público. Pero la tele no sabe esperar, o no siempre. Hoy, uno de los mayores éxitos de la tarde de El Trece se llama "A todo o nada", un programa al que el canal esperó literalmente años. Sí, años. Lo cambiaron de horario, lo mandaron al domingo, volvió, buscó, encontró y hoy es un éxito. Lo esperaron. Años. A Dale! la tarde, no.  Seguramente en la objetividad del vértigo televisivo, el canal tenga derecho a buscar maximizar su rendimiento, y haya sido suficiente.

Personalmente, si se me permite -éste es mi medio, dirijo este exitoso portal con todo el orgullo y la responsabilidad junto a Adrián Pallares- quiero decir que todo es ganancia. El programa que hoy termina me permitió algo que pocas veces pasa en la televisión: hacer. Jugar, mostrar, conducir, opinar, preguntar y probar. "Los escandalones de Pomelo" empezaron con el programa el 7 de enero y se mantuvieron todo el ciclo. Fue una idea de Chato Prada y le agradezco que se le haya ocurrido.

Pomelo me puso Florencia Peña -quien dejó el progrma a poco de empezar cuando cambió su rumbo- antes de presentarme, "por lo ácido", y lo mejor fue que de eso hubo poco. El Rodrigo de Dale!, guste más a unos, menos a otros, es el más parecido a mí. Gritón, intenso, a veces gracioso, a veces haciéndome el gracioso, exaltado, adrenalínico y verdadero, con los más y con los menos. Pero yo. Que la tele te deje ser vos, es ganancia pura.

Los escandalones fueron formato en sí mismo y se mantuvieron -aunque muchas veces, en esta tele ansiosa, tuve que pelear por ellos- gracias a que les puse siempre todo de mí, a la decisión de un equipo y a la enorme, enorme generosidad de un conductor que se llama Mariano Iúdica.

No todos los días te toca trabajar en un programa en el que el conductor se corre para permitirte lucimiento. Hay que tener mucha seguridad para eso; mucha certeza y mucha decisión. Gracias, infinitas gracias, Mariano. Chapeau!

Hoy estoy triste. Hay mucho trabajo para mí, por suerte. Este portal cada vez crece más; hago radio con Chiche, otro gran tipo que me ayuda a crecer todos los días; hago radio en Mar del Plata con otro guía de mi carrera que es Franco Bagnato; y hay propuestas para seguir en la tele, que agradezco. Hay planes, hay proyectos, hay mucho por hacer.

Pero hoy es un día especial. Como lo es Dale! la tarde para mí. Programa que apareció en un momento de mi vida que no fue casual, a mis 40. Programa en el que vi como cada día se puso lo mejor de su gente: Gabriel Fernandez, Alejo "Frataslafra", Juampi Martínez, Eliana Zuazo, Rodrigo;  todo el equipo de Ideas, técnicos, producción, maquillaje, vestuario, todos los técnicos de El Trece, Federico Hoppe, Chato Prada; los compañeros que empezaron el programa en enero; Coco Carreño, Matilda Blanco, los que se sumaron en marzo Marcela Coronel, Camilo García, Paula Varela, Eugenia Lemos, Alexandra Larsson, y los que se sumaron en la última etapa Mercedes Ninci, Ronen Swarcz, Alejandra Rubio, Pablo Montagna, Guido, y todos los que me olvido. Por El Trece, gracias a Adrián Suar, Pablo Codevilla, Coco Fernández y todo su equipo. A Marcelo Tinelli por confiar en mí una vez más, gracias.

Dale! la tarde me permitió conducir, actuar un poco, divertirme, tener rigor periodístico cuando lo ameritó el hecho, y disfrutar; un verbo que en la tele se conjuga poco.

Luego, el rating, las internas, todo eso... es anécdota. Permítanme hoy piantar un lagrimón con mezcla de sensaciones. Un mundo de sensaciones. Eso es la tele. Y adoro ser parte. Eso, siempre es lo que vale. Voy por más. Sépanlo. Gracias Dale la tarde! Te voy a extrañar.




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