1 - Porque nos parece que un programa que empezó como una inclusión y la lucha contra la obsesidad se transformó en un reality hecho y derecho, con lo que eso implica.
2 - Claribel Medina es una señora actriz pero aquí la vemos un poco cizañera con los pobres y queridos gordos. La Politti era más tranquila pero Clarita los tiene zumbando como Dorys del Valle a Emilio Disi en el pasado.
3 - El nutricionista Sergio Verón parece más preocupado por el look que por los obesos. Y es bravo: A una gordita le aceleró la velocidad de la cinta en la que caminaba y casi queda seca el otro día.
4 - Si de tentaciones se trata los gordos no tiene paz. Está bien que sepan aguantarse pero les ponen ravioles, pizzas, hamburguesas y postres por la cara y se los sacan. No se puede vivir asi.
5 - Y si aparte se trataba de maldad, tuvieron que contratar a Silvina Escudero que es más mala que la gripe A. La Escudero está en su salsa torturando a los gorditos.
6 - El famoso fan Fran Mariano logró bajar de peso y aunque eso es muy bueno, ya no tiene gracia. Su ídola Graciela desapareció a la par de sus kilos. Su razón de existir en tv ha caducado.
7 - ¿Hace falta hacer correr a los gordos alrededor de una pileta con aros de fuego en el agua por si se caen? Qué ingratitud.
8 - Cada vez que un querido gordito va a la balanza se vive un misterio digno del fin de novela mexicana. Nunca dejan quieto el marcador y Claribel pone cara de codicia. Paren ese reloj, por Dios!
9 - Como en todo reality poco se sabe cuando uno gana, qué es de su vida después. Los tienen sudando la gota "gorda" (cuac) y los largan a tentarse con un tiramisú por la vida y que se curtan.
10 - Al término del programa no deberían poner el de Guido Kazka. Para compensar tendrían que aparecer los pastores de "Pare de sufrir": a comer todos un kilo de dulce de leche y que se acabe el mundo, qué tanto joder!
De todos modos, a su particular modo, el programa ayuda a una cantidad de gente que lo necesita y desde ese punto de vista, no está mal.