Lo bueno de la tele: Sí, quiero!!! en Graduados
El Malo y El Peor
Con madurez, naturalidad y humor, el programa más visto de la tele contó por primera vez en la ficción nacional la historia de un matrimonio igualitario.
Por Rodrigo Lussich
En Los Roldán se jugó desde la comedia con una "historia de amor" de un travesti y un señor millonario casado (Uriarte y Laisa). Años después, en la convulsionada Argentina 2012, un matrimonio igualitario sucedió pro primera vez en una ficción: Guille (Juan Gil Navarro) se casó con Fernando (Ivo Cutzarida) en la trama de Graduados.
Todo fue pura ganancia: además de la naturalidad -y cero solemnidad- en el tratamiento del asunto, pudimos disfrutar la vuelta de grandes como Evangelina Salazar y Luis Brandoni. Y comieron perdices los "putitrolis" como les dice Pablo (Luciano Cáceres), que más allá de la típica gastada fue el padrino de la boda.
Lejos de las "mariquitas televisivas" de antaño, donde esos papeles estaban reservados a actores de reparto que hacían de la mariposa del barrio, sin el cliché ni el estereotipo pacato de otras épocas, lo que se contó anoche fue el final feliz de una historia de amor. Una entre tantas -todas iguales- que la paleta de colores de la trama muestra cada noche.
La ficción sigue siendo la puerta abierta para ir a jugar, para que nos cuenten un cuento, para que nos riamos o nos emocionemos genuinamente gracias a la verdad que los actores puedan poner al servicio de eso que nos cuentan. Graduados es un cuento bien contado y -valga el juego de palabras- si se trata de contar, suma.
En la tele también pasan estas cosas.
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