Mariana Nannis: la fugitiva

La AFIP quiso notificar a Mariana Nannis para citarla pero no fue encontrada en los lugares que solía frecuentar. Desde el 2008 que no presenta declaración de bienes ni paga impuesto a la riqueza. Nannis está volviendo de Uruguay e iría hoy al estreno de Moria Casán.

Muy campante en Punta del Este, Mariana Nannis no se dio por aludida de la citación de la AFIP para que explique sobre sus bienes y ganancias. Después de la fiesta de la revista Caras está volviendo en Buquebús y algunas versiones indican que iría esta noche al estreno de prensa de "Tres mitades", la obra de Moria Casán.

Llegar a Nannis se hizo imposible para los sabuesos de la AFIP. Por eso el edicto citándola se publica en el Boletín Oficial, tras los fallidos intentos de encontrarla.

Nannis se negó a ser notificada de la investigación de sus bienes: los agentes de Ricardo Etchegaray trataron de hacer llegar la citación en el Hotel Faena y no hubo forma de encontrarla; tampoco en un domicilio legal de la calle Vidt, un departamento de cincuenta metros que figura como su vivienda en Argentina, luego de que la justicia rematara una casona en la calle Corrientes, de Olivos, del que nunca se pagaron los impuestos hasta que se la perdió.

Tampoco pagó las expensas de un departamento en la avenida Collins en Miami que casi le rematan y que, gracias a la colecta de unos amigos, zafó de perder.

El titular de la AFIP prestó atención a la denuncia que la mujer de Caniggia hizo por un supuesto robo en el Hotel Four Seasons, cuando dijo haber sido robada en 300 mil dólares. ¿Qué hacía con esa plata encima, o en distintos artículos sin declarar?, se preguntaron los sabuesos, y empezaron a hurgar en las cuentas de la madre de Charlotte y Alexander.

Descubrieron que desde el 2008 Nannis no presenta declaración de bienes personales ni paga el impuesto a la riqueza, tampoco declaró esos 300 mil dólares ni en qué los trajo, así no sea en dinero en efectivo. En fin: cuentas en rojo y ningún tipo de contacto con los agentes impositivos para estar en regla.

Por eso, salieron a buscarla pero les fue imposible encontrarla. Ante la negativa de ser notificada en forma personal, llegaron a la publicación de la citación en el Boletín Oficial del edicto para que se presente obligatoriamente.

Ella, mientras tanto, siempre lejana a la realidad suya y ajena, está del otro lado del charco. Como de costumbre, no quiere mojarse, pero esta vez parece que la tapó el agua.
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