Mariana Nannis, huyendo de la Afip, se refugia en la música y el champagne

Mientras todos la buscan -especialmente los agentes recaudadores del estado- ella y sus hijos estuvieron en un recital en el hotel donde se hospedan, aplaudiendo a los gritos.

Si los sabuesos de la Afip se camuflaran como mozos en el Hotel Faena, seguro encontrarían a Mariana Nannis para notificarla de sus cuentas pendientes con el fisco. Al menos anoche la hubieran encontrado en el Salón Liberty del hotel de Puerto Madero donde se hospeda.

Anoche Nannis fue con sus hios Charlotte y Alexander junto al DJ Piloto González a ver un recital acústico de la actriz Natalia Lobo, que cantó baladas y canciones de amor para una platea que incluyó al clan del desborde y la polémica.

Charlotte había tenido un día feroz: se perdió en un truco durante la grabación del Bailando y quedó sentenciada y después estuvo en el desfile de Claudio Cosano en el Sheraton.

Como frutilla del postre acompañó a su madre, su hermano y su amigo Leo -el piloto que también es investigado por los recaudadores de la Afip- en el Faena.

Nannis eligió su mesa a un costado, camuflada detrás de un piano para no estar tan en el centro de la escena y las miradas. De todos modos nadie le dedicó demasiadas. Los húespedes del hotel casi ni se acercaron al grupo de la madre de Charlotte, ni les dieron demasiada cabida.

Lejos de su desaparición mediática, a Nannis como de costumbre, no le importaba nada. Ella y el resto aplaudían como locos a Natalia Lobo, un poco exagerados cuando se trataba de canciones "tranqui" en un ámbito idem. Pero pedirles recato sería como pretender que no vivan del canje: imposible.
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