El caso Porcel Jr abre un debate: "La Tele Medicina", por Mariana Lestelle

Detrás de la faceta mediática del hijo de Porcel, hay un trasfondo que tiene que ver con la salud. La especialista escribió para RatingCero.com.

Existe algo que se llama Telemedicina, medicina a distancia seria la definición. Recientemente la Clínica Mayo publicó un estudio sobre el uso de teléfonos inteligentes, para que médicos a la distancia pudiesen diagnosticar a pacientes en zonas rurales, conociendo la historia clínica y viendo imágenes por el teléfono.

Se estudiaron pacientes con posibles ACV en zonas rurales de baja complejidad, y los médicos que recibían al paciente pasaban los datos a colegas en zonas de alta complejidad. El teléfono acortaba distancias, era un instrumento de acercamiento. La efectividad del diagnostico fue del 92 %. Sorprendente, ¿no?. Conociendo el lenguaje medico, su interpretación y viendo imágenes, el lema hay que tocar al paciente para diagnosticar, queda un poco anticuado.

La televisión, también implica ver a distancia. Y si sos medico, hacés el ejercicio de la tele medicina cuando miras tv, sale casi come reflejo, habito. Escuchando, observando podríamos, al menos tener algunas impresiones diagnosticas.

Para el simple observador, la aparición televisiva del hijo de Porcel y su madre, además de atractivo, por los condimentos de la historia, manifestaba claramente que algo no estaba bien en la salud de esas personas. Primariamente uno pensaría en lo desmedido e impulsivo de las reacciones del hijo. Un adulto de más de 40 años que pretende cobrar un sueldo alto, conforme a su condición de hijo, es por lo menos un silogismo falso.

Una madre, con facies benevolentes en una triste situación para cualquier ser humano, y con el afán natural de cuidar a su progenie. Una señora que para conseguir un medicamento, debió salir a mendigar. Conmovedor, por donde se lo mire.

Grande fue mi sorpresa, cuando por informaciones periodísticas, llega a mi conocimiento que el medicamento que propicio el calvario, es un antialérgico común, que no se indica crónicamente, que no aduce a un estado de enfermedad invalidante. Faltaría conocer quién es el médico tratante y la indicación perpetua de una medicación que es de venta libre. Una medicación a su vez con contraindicaciones y efectos adversos si se abusa de ella.

Vi también, al igual que ustedes algo que no encajaba. Miradas perdidas, silencios prolongados, llantos sin lágrimas. Enojos, y búsqueda de culpables, y atroces comentarios aludiendo a épocas oscuras de nuestra historia, y una retroalimentación de un vínculo que no parece hacerle bien a ninguno de los miembros de esta singular pareja.

Espero de corazón, que este paso por la televisión les ayude a comprender la diferencia entre lo prioritario y lo importante. Y siempre, lo prioritario es la salud, y claramente no es tarea de la televisión brindarla, pero abre la puerta para que estas personas, puedan conseguir la ayuda real que necesitan y aceptarla cuando se la ofrezca. En algún punto la tv se convierte en un valioso elemento de la Telemedicina.

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