El ocaso de Calamaro: de ídolo del rock a triste y depresivo por amor

El "Salmón" pasa su peor momento tras su separación de Micaela Breque. Vida y obra de un hombre que lo tuvo todo y lo perdió por desengaños amorosos.

Lejos, muy lejos quedó aquel Andrés Calamaro, ídolo indiscutido del rock nacional, que generaba admiración con su talento y sorprendía con su rebeldía, hoy sólo quedan pedazos de ese hombre que fue y que hoy se arrastra públicamente por amor. 

"Secretos Verdaderos" hizo una recopilación de la vida del niño que supo convertirse en un eximio músico y terminó devenido en un anciano triste y deprimido por culpa de sus amores frustrados. 
A mediados de los 80 tocaba el cielo con las manos, pero los excesos y las mujeres harían añicos de ese joven rockero que parecía invencible. 

Incluso en sus años de gloria, cuando estaba en España con "Los Rodríguez",  el músico rompió su amistad con Charly por culpa de una mujer: Mónica García, pero no sería la única ya que 20 años después una jovencita tres décadas menor le haría perder por completo la cabeza.

Su incursión en el mundo mediático llegó en el 2005 cuando comenzó una relación con Julieta Cardinali, la actriz con quien años después se casaría y tendría  a su única hija, Charo. Desde entonces, su incursión en los medios es cada vez mayor y más vergonzosa. 

Luego de su casamiento en 2010 el affaire con una modelito llamada Mariana Diarco ponía en vilo su matrimonio, los rumores de embarazo y aborto complicaron aún más las cosas. Cardinali no lo soportó y le pidió distancia en 2011. Meses después conoció a Micaela Breque y ese fue el principio del fin.

La rubia de sonrisa simple y caminar desabrido harían que el hombre duro de rock terminara mendigando amor a través de las redes sociales. La pareja, que se conoció en Chile durante un recital, duró poco más de dos años en los que la diferencia de edad (ella 23, el 51) terminó por devastarlos.

Durante su periodo de felicidad él se prestó a mostrarse en cámara y al cholulaje mucho más de lo que había hecho en toda su vida. Enamorado, "baboso", fue capaz de acompañar a su mujer a "Showmatch", el programa de mayor audiencia de la televisión argentina y quedar expuesto ante todo el país.

Pero no sólo sorprendió su incursión en los medios, sino también en las redes sociales donde se despachó con revelaciones como "no es un grato recuerdo, pero una vez en España maté a un yonki (drogadicto)" y tuvo severos cruces con personajes como Jorge Rial y Luis Ventura a los que luego terminó piéndoles perdón.

Ahora, tras su separación de la modelo, el músico muestra su peor faceta: triste y deprimido por un amor que no pudo ser.

El artista no supera su alejamiento de la exparticipante de "Bailando por un sueño" y le escribe casi a diario mensajes por Twitter en los que le dedica canciones o responde dolido alguna mención que ella haya hecho sobre su nuevo novio, el piloto de TC200O Pablo Piumetto.

Si bien durante esta etapa produjo muchas canciones y melodías que compartió gratuitamente con sus seguidores a través de internet, su rol productivo ya no es el de antes y hace varios años que no saca un disco. Eso, sumado al juicio que mantiene con la madre de su hija, quien le inhibió los dividendos de SADAIC, lo tienen viviendo de sus ganancias pasadas y maltrecho por sus constantes fracasos amorosos.

El querido "Salmón" está triste y solo, lo único que le queda es su música pero aún así jamás volverá a ser lo que era. 
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