Exclusivo: Las Oreiro en crisis
Personajes
Natalia y Adriana abrieron hace cuatro años un exitoso negocio textil: la marca de ropa que lleva su apellido; pero hoy por algunas cuestiones internas de familia todo se empezó a complicar.
Uno recuerda en los primeros tiempos de la tienda a Natalia Oreiro en plena medianoche armando la vidriera de su negocio que -como todo emprendimiento que crece- quedó en manos delegadas a nuevos empelados de la marca, franquicias y comercialización. La marca personal de cada cosa se perdió un poco en el camino.
Pero pasaron otros acontecimientos. Para Natalia, el más importante: ser madre. La actriz quedó embarazada de su pareja Ricardo Mollo y así nació Merlín Atahualpa; ella dejó por un tiempo su carrera pero hizo cine, campañas, y se prepara para volver a la tele en 2013 en la nueva comedia de Pol-ka junto a Adrián Suar.
Su hermana Adriana quedó más concentrada en Las Oreiro, claro está, siendo ella la diseñadora de cada colección, pero en todo negocio hay un tema vital: el dinero. El manejo de las cuentas, empleados, sucursales, ventas, debe y haber.
De eso se encargaba el marido de Adriana. Con él tuvo a su hija Mía y vivieron años en México por actividades laborales de él. Su presencia de bajo perfil en el negocio fue vital para llevar las cuentas de la empresa que empezó de a poquito hasta crecer muchísimo en tres años, al punto de llegar a diseñar quince mil prendas por colección, llegar a los locales multimarcas y abrir el negocio del Paseo Alcorta.
Pero Adriana se separó. Y desde entonces todo se ha complicado para las hermanas Oreiro.
Natalia dejó de prestarle al negocio la atención de otros tiempos, dedicada a la crianza de su hijo y a potenciar su carrera. Adriana, separada, se vio superada por la situación y el riesgo de delegar el manejo del dinero de la marca a otra persona que no sea su marido, quién era de su total confianza.
Hace pocos días -por citar un ejemplo de cómo empezaron a notarse desprolijidades en las finanzas de la compañía- el negocio pidió cien accesorios para un desfile; y a último momento suspendieron el pedido. La marca de accesorios ya los había hecho y enviado, y hoy están detrás de un pago que nunca llega por ese pedido cancelado.
Las Oreiro siguen siendo unidas, pero los tiempos han cambiado, alguien tiene que organizar las cuentas y superar una crisis incipiente que hoy preocupa a la familia.
Temas
Dejá tu comentario